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La Universidad de Ibagué encontró su mascota oficial

Hace algunos meses, la Universidad de Ibagué emprendió una búsqueda exhaustiva con la intención de encontrar una mascota oficial para representarla en diferentes escenarios o eventos. Esta tarea no fue fácil, dada la gran biodiversidad con la que cuenta el campus; sin embargo, Ardy sobresalió con amplia ventaja frente a los demás candidatos.

Al respecto, Udi Pérez, investigador externo contratado para dar con el paradero de Ardy, indicó: “No fue nada fácil encontrar a Ardy. Su identificación fue medianamente sencilla, ya que al sondear a la comunidad universitaria, gozaba de reconocimiento y aprecio entre administrativos, egresados, docentes y estudiantes".

La gran dificultad, según explicó, llegó "cuando quisimos abordarla, porque ella baja de sus árboles cuando quiere; cuando lo hace, emprende unas carreras en las que solo ella compite y nadie la alcanza, pero tras seis meses de investigación, nos dimos cuenta de que le gusta el reconocimiento, que basta con mencionar a la Universidad de Ibagué para que ella aparezca a dar declaraciones".
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"También le gusta tomar la vocería, las luces, la cámara y los aplausos, que le digan bello o bella y robarse el suspiro y aprecio de los universitarios. Observe usted, señor periodista, que, en unos segundos, mientras hacemos esta entrevista, ella asomará su cola para hacer lo suyo respondiendo al santo y seña: Universidad de Ibagué".
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Efectivamente Ardy descendió de uno de sus árboles para concedernos una entrevista; para hacerlo, dio tres saltos triples, mientras, con una sola mano, cargaba una nuez. Además, no sabemos de qué forma lo hizo, pero mientras descendía, sonaba de fondo el intro de la canción Alive, del grupo estadounidense P.O.D., pues ella también está aprendiendo inglés como todos nosotros.

Udi Pérez, sorprendido por la hazaña, comentó: ¡Qué entrada a la entrevista tan particular, Ardy!

Ella respondió: Particular no, espectacular; las mascotas oficiales somos así, acrobáticasdespampanantes y apoteósicas.

(Ambos rieron, el periodista también)

Ardy, como cábala de buena suerte, zapatea con sus patitas el piso tres veces y se prepara para la entevista.

Periodista: ¿Cómo recibe usted ser notificada como la mascota de una de las universidades más importantes del país?

Ardy: Aunque desde los árboles, ventanas y cafeterías curioseo todo y de muchas cosas me entero, este reconocimiento sí me tomó por sorpresa. Vi al detective siguiendo el rastro a las zarigüeyas y otros roedores grandes, lo vi en cuclillas tomando las huellas dactilares de algunos caninos e incluso olfateando las heces de algunos gatos. (Risas)

Udy Pérez: Lo de los gatos no es cierto.

Ardy burlonamente se toma el vientre y se carcajea: “Obvio, es broma”.

Y continúa:
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"Me siento muy feliz de haber sido seleccionada; sin duda, el apoyo de los estudiantes fue clave. Ellos y yo hemos creado un vínculo desde hace bastante tiempo, con los más chicos y con quienes se han hecho grandes. Ellos salen agotados de clase y, entonces, yo me paseo cerca de ellos, a toda velocidad para impregnarlos de energía, me gusta pensar que mientras corro los animo y creo que así funciona".

"Yo paso y ellos se ríen, casi que de inmediato sacan sus teléfonos móviles y yo empiezo a hacer lo mío: a pavonear mi cola, pestañeo rápido, poso de perfil, me trepo en las rocas y ellos se distraen del peso de sus clases, se toman un aire y oxigenan el día o, como dice la gente del Centro de Idiomas, 'se regalan un break'.

Periodista: ¿Qué pueden esperar los estudiantes, profesores y administrativos de su papel como mascota?

Ardy: Nuez casualidad que yo haya sido escogida para desempeñar este papel, creo contar con todos los atributos; tras pasearme por las ventanas de las facultades por años, ya sé de cálculo diferencial, de teorías de la comunicación, del valor paisajístico, de contabilidad, de programación y de derecho procesal.

Sé lo que viven los estudiantes y los 'profes', conozco sus apuestas para hacer de la región un lugar mejor, conozco sus angustias, pero también sus dichas, y ahí estoy yo para ellos, firme e inamovible para animar bajo la luz del sol o al rocío de la lluvia, para ser un promotor de sueños y de buenas noticias.

Además, mi velocidad pienso ponerla al servicio de la Institución, quiero ser quien motive a los deportistas para que sean tan rápidos como yo, ser también un mensajero veloz pero también reflexivo para comunicar las decisiones y propuestas de manera asertiva. Quiero ser una mascota divertida, pero también muy seria cuando las circunstancias lo ameriten.

Ya compré un traje para acompañar a mis amigos en la cúspide de sus grados solemnes, estoy buscando la forma de acompañar a todos y a cada uno de los miembros de la comunidad universitaria de manera constante cuando ejercitan el cuerpo o el intelecto, cuando entren y salgan de casa.

"Esta designación como mascota me la estoy tomando muy en serio”, concluyó Ardy, no sin antes guiñar uno de sus ojos y hacer entrega de su tarjeta de presentación, en la que aparece como mascota oficial de la Universidad de Ibagué, por supuesto.

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